martes, 1 de junio de 2010

Influencia de la famila en la socialización del niño



¿Cómo influye la familia en la autorregulación de las emociones del niño?

El comportamiento del niño depende según sea su estatus familiar, que viene representado por el tipo de familia que componen los miembros del contexto familiar, existen las familias normativas, las adoptivas, mixtas y las artificiales.

Las familias normativas son aquellas donde los padres e hijos biológicos conviven juntos. En las adoptivas conviven padres adoptivos y los hijos adoptados careciendo de hijos biológicos en el contexto familiar. Las familias mixtas seria un caso similar a las familias adoptivas, pero en este tipo de familia se cuenta con hijos biológicos viviendo en el mismo contexto. Por último, las familias artificiales u hogares sustitorios, son aquellas donde el rol de los padres es desempañado por adultos que no guardan relación de estatus maternal entre sí. El contexto familiar se define como el espacio físico psicológico que comprende el hogar natural de la o las personas donde se desarrollan actividades de carácter familiar guiados por roles culturalmente normativos.

Existen familias denominadas negligentes, conformadas por padres que no proporcionan el cuidado necesario a los hijos y en muchas ocasiones estos padres abusan del alcohol u otras drogas, esto ocasiona que el ambiente familiar sea caótico.

La comprensión y regulación de las emociones implica aprender a interpretarlas y expresarlas, organizarlas y darles significado, controlar impulsos y reacciones en el contexto de un ambiente social particular.

Se trata de un proceso que refleja el entendimiento de sí mismos y una conciencia social en el desarrollo, por lo cual transitan hacia la internalización o aprobación gradual de normas de comportamiento individual; de relación y organización de u grupo social.

Las emociones, la conducta y el aprendizaje son procesos individuales, pero se ven influidos por los contextos familiar, escolar y social en que se desenvuelven los niños; en estos procesos aprenden diferentes formas de relacionarse, los niños desarrollan la noción de lo que implica ser parte de un grupo, aprenden formas de participación y colaboración al compartir experiencias.

El establecimiento de relaciones interpersonales fortalece la regulación de emociones en los niños y fomenta la adopción de conductas prosociales en las que el juego desempeña un papel relevante por su potencial en el desarrollo de capacidades de verbalización, control, interés, estrategias para la solución de conflictos, cooperación, empatía y participación en grupo.

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