El desarrollo personal y social de los niños como parte de la educación es un proceso de transición gradual de patrones culturales y familiares particulares a las expectativas de un nuevo contexto social, que puede o no reflejar la cultura de su hogar, en donde la relación de los niños con otros niños y con la maestra juegan un papel central en el desarrollo de la habilidades como: conductas de apoyo, resolución de conflictos y obtener respuestas positivas de otros.
A los 5 o 6 años, los niños comienzan a reconocer diferencias entre ellos y sus compañeros de clases a medida que utilizan la información de comparación social para deducir si ellas se desempañan mejor o peor que los demás niños en diferentes áreas. La comparación social es el proceso en el que la persona se define y evalúa al compararse con otras personas.
Los niños que tienen entre dos y cinco años tienden a inventar amigos imaginarios que sirvan como compañeros de juego, esto se da cuando no existen relaciones reales. Esta necesidad también se puede vincular con tener algún tipo de mascota, esto se presenta entre los cinco y seis años.
La inhibición social se refiere a la conducta del niño que se aísla porque esta angustiado y/o es inhábil socialmente, pero que le gustaría interactuar con sus compañeros, aunque por ahora no es capaz de hacerlo.